Nuestra dulce paciente, Cindy Barrowman, sufrió una lesión de uso excesivo de las manos que la limita debido a un estilo de vida muy activo mientras crecía. Cindy vivió con un dolor horrible en las manos durante los últimos 20 años.
Sus manos estaban constantemente doloridas e hinchadas. Cualquier tipo de movimiento de agarre era lo peor: tomar un vaso, conducir, usar una llave para abrir una puerta … todas estas actividades diarias muy simples se convirtieron en el mayor desafío de Cindy. El dolor la mantuvo despierta una noche. Para poder dormir, usaba aparatos ortopédicos para la cama. Durante el día, ella usó aparatos ortopédicos de apoyo.
Después de acudir a varios especialistas en la mano a lo largo de los años, todos querían realizar una cirugía extremadamente dolorosa e invasiva: trapeziectomía del pulgar con reconstrucción de ligamentos e interposición de tendones. La cirugía es seguida por meses de recuperación dolorosa.
Cindy hizo su investigación y no se sintió cómoda con los resultados de otros que lo habían hecho antes. Su tía era una de esas personas y sus manos estaban realmente peor después de la cirugía. Mientras investigaba este procedimiento, aprendió sobre la terapia con liquido amniotico y la discutió con tres especialistas en manos diferentes, solo para que todos le dijeran que esto no la ayudaría y que la cirugía era su única opción.
Cindy no quería la cirugía y se conformó con inyecciones de esteroides en las manos, lo que funcionó bien al principio, pero esto fue solo un tratamiento temporal y Cindy necesitaba una solución a largo plazo. Después de que una amiga refirió a Cindy al Dr. Nash, ella decidió someterse a una evaluación para ver qué sugería …